
Quizás parezca de hielo, quizás las gélidas corrientes de este viento del olvido hayan convertido mi corazón en un témpano y solo el reflejo autómata de mi mente me haga recordarte, simplemente como intento de mi ser de no dejarme helar.
Esta vez no he sentido el rugir de mi alma desbocada, el dolor en mis sienes machacadas, el ansia por estrellarme contra ti ni el sumiso intento de volver a suplicarte, quizás esta vez es la vez.
Mi mente intenta hacerme reaccionar , pero mi alma ha colgado la armadura y se cansó de pelear, mis palabras de rogar, perdonar y replicar, mis manos de tocarte y mi cuerpo de desearte.
Quizás, tal vez, vagos intento de no dejarme convencer que no hay nada que defender.
Aquí rodeada de frío e icebergs veo cada día como mi sonrisa sale a navegar entre ellos, como mis lágrimas han dejado de brotar y aunque sea congelada quiero seguir aquí varada, vacía, derrotada, pero al menos satisfecha, saciada y calmada.
Si el placer ocupa un lugar en tu cuerpo estaba ,si el amor consigue flotar en tus labios se posó, pero ahora, sin pasado ni rencor ya no pienso en qué pasó
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